-¿Cree inspector que las bailarinas eran balinesas?
Ella andaba preocupada analizando aquel complicado caso, algo tan raro en el área de influencia de su Precinto.
-Pues a mi me lo parecieron. Dijo Hudson.
-Es usted tan simple que únicamente no cambio de compañero para de esta manera comprobar que pronto lo jubilarán. Ni le importa un pito mantener la ley y el orden, se duerme en el patrullero y, lo que es peor odia detener a los malditos delincuentes de Los Ángeles.
-¿Pero eran balinesas?