Aquel grupo de gaditanos estaba indignado por las medidas de sus patronos y gobernantes, de modo que decidieron manifestarse por la ciudad. En asamblea, decidieron hacerlo desde la Plaza de Asdrúbal por la Avenida de Andalucía y una soberbia pitada frente a la Subdelegación del Gobierno, frente a las muy históricas Puertas de Tierra. Se aprestaron para ello y enviaron un fax a la Subdelegación 5 días antes de la manifestación.
Se vieron sorprendidos por la pronta respuesta negativa de la Subdelegada, quien argumentaba que los ciudadanos gaditanos ya estaban hartos de que la vía más importante de la ciudad de Cádiz se viese taponada por manifestantes y, solicitando otras ideas, toda vez que no se oponía al derecho de manifestación pero se veía obligada a prohibir interrumpir el tráfico, es decir que no se permitía la interrupción del tráfico rodado. Los manifestantes se cabrearon muchísimo, dijeron que eso se debía a no pertenecer a partidos políticos ni sindicatos ni tampoco a ninguna asociación patronal.
Debatieron y volvieron enviar también por fax, una notificación para manifestarse el mismo día y a la misma hora y por el mismo itinerario pero por ambas aceras, de modo que al llegar al edificio de la Subdelegación pudiesen manifestar su descontento y sonora pitada al gobierno. Minutos después, recibían un nuevo fax donde se les decía que tampoco se les permitía manifestarse por las acera, al chocar el derecho que les asistía a los manifestantes con el derecho de los viandantes que circularan en esos momentos. La consternación se hizo patente en ellos y alguien, muy enfadado redactó y envió un nuevo documento, donde se notificaba que haría el mismo recorrido pero no juntos, separados pero vistiendo un atuendo identificador. La respuesta no tardó en recibirse también en sentido negativo, al entender la Subdelegada que no solo se vulneraba los derechos de los viandantes, sino también de aquellos que pudieran pertenecer parados en la vía pública y que podrían verse arrollados o al menos, sentirse incomodados por la manifestación solicitada.
Ante ello, los convocantes decidieron notificar que se modificaba la manifestación por concentración frente a la Subdelegación del Gobierno, para desde allí, poder realizar la gran pitada que a juicio de los participante se merecía la actitud gubernamental. Pocos minutos tardó en llegar la respuesta negativa a esta nueva iniciativa popular, y las razones que se esgrimían eran el ya muy alto volumen de ruido que la ciudad generaba pero que la primera autoridad provincial seguía abierta a cuantas propuestas se le indicaran, para gustosamente autorizarla.
Alguien dijo que se notificase que estaría concentrados en absoluto silencio y se limitarían a lanzar aviones de papel con lemas dentro, tales como GOBIERNO SINVERGÜENZA, SUBDELEGADA CABRONA, CÁDIZ ES UNA MIERDA entre otras. También esta iniciativa suponía una afrenta puesto que la limpieza de la ciudad ya era deficiente y, llenar los alrededores de la Subdelegación de aviones de papel con improperios que no podrían limpiarse no se podía tolerar. Ante ello, los convocantes en el nuevo escrito que enviaron por fax, se comprometían a recoger todos los avioncitos, hecho que tampoco fue autorizado toda vez que suponía una injerencia de un cargo nacional con otro municipal, la limpieza y barrido de las calles otorgada desde hacía muchos años al municipio.
No cejaron los convocantes y pensaron en vestirse todos de negro y quedarse muy quietos pero también a esta propuesta se opuso la Subdelegada, quien conocía que el día solicitado se celebraba en la ciudad una Convención de Empresas Funerarias por lo que no podía permitir que se hiciera tal cosa, por poder entenderse por la ciudadanía que era un evento publicitario de la citada Convención.
Ante ello, 4 convocantes decidieron suicidarse ante la Subdelegación, negando ésta ese derecho toda vez que suponía un mal ejemplo para los jóvenes y sancionando administrativamente a los cadáveres con cantidades de 3.001.00 euros.
En el Diario de Cádiz del día siguiente se leía en su página tercera y justo arriba de las entradas y salidas de buques: "Cuatro personas de ambos sexos, vestidas de negro con avioncitos de papel y lemas como: SUBDELEGADA HIJAPUTA, HASTA LOS COJONES DE LA BUROCRACIA, CÁDIZ ERA UNA MIERDA PERO AHORA LO SOMOS MÁS y GOBIERNO CABRÓN Y MENTIROSO, protagonizaron sus suicidios públicos ayer pasadas las 8 de la noche, tras comerse cientos de hojas del Boletín Oficial de la Provincia (BOPA) y, no permitir en ningún momento, que nadie les atendiese. Este periódico ha podido conocer, que se pretendía realizar una manifestación y la Subdelegada reiteradamente se opuso a ello. Se desconoce la ideología de los participantes y aunque la policía ha abierto diligencias, quienes les acompañaban se niegan sistemáticamente a colaborar con la justicia."