-Doctor, oigo voces.
-Perdone, me decía usted.
-Que oigo voces doctor. Oigo voces.
-Tranquilícese usted. Explíqueme lo que le ocurre.
-Estoy muy preocupado pero muchísimo, acojonado.
-No lo comprendo, porque su medicación está muy bien ajustada, sus analíticas dentro de los rangos normales, no debería sentirse así y... ¿acudir a consulta con esas fobias? Vuelva a explicarse, le atiendo con todo interés. Soy su médico y sabe que le conozco y aprecio.
-Doctor desde hace varias semanas vivo sin vivir en mi.
-¡Coño, eso tiene toda la pinta de un síndrome filosófico shakesperiano agudo! Prosiga por favor.
-No quiero quedarme solo en casa, procuro que mi mujer y amigos no se separen de mi ya que justo en esos momentos oigo voces.
-¿Cuando está acompañado no le pasa pero si está en solitario sí?
-Efectivamente, es una auténtica tortura, nadie me cree.
-¿Ha identificado el significado de las voces o son inconexas?
-Parcialmente doctor, pero lo que oigo me espanta, estoy aterrado, mire como sudo, me tiemblan las manos, tengo mareos, estoy pasándolo fatal. No puedo seguir así, ahora cuando termine la consulta no vuelvo a mi piso porque mi mujer trabaja, hasta que ella lleve allí como mínimo una hora y me levanto antes que ella para acompañarla a su trabajo, a veces la espero durante todo el día en la cafetería de la esquina. Me invento excusas para no preocuparla.
-Esto es grave, parece sufrir usted un episodio de psicosis auditiva de muy complicado tratamiento, deberé consultar a otro colega. Por cierto, ha podido descifrarlos mensajes.
El paciente mira a su médico sollozando y temblando de pavor, sin incapaz de articular palabras.
-Soy su médico, debe contármelo o no podré ayudarlo, haga un esfuerzo, verbalizar en las enfermedades mentales en un paso para la curación siempre.
-Me habla.
-¿Quién le habla?
-España.
-¿Dice usted que le habla España?
-Sí, me habla España.
-Esto es un caso de libro. Prosiga, qué le dice España.
-Es una voz engolada... siempre la misma doctor, que me habla de España, de la indisolubilidad, de los peligros de la fractura, de Viriato, de las tradiciones, de la Semana Santa, de Dios y la moral, del jamón de Jabugo y de la Guardia Civil, pero lo peor es cuando me habla de la Siete Plagas que asolarán Cataluña y tengo allí muchos primos doctor...
-¡No me diga más, le está hablando Carlos Herrera de la COPE!
-¡Sí señor es él, Herrera de la COPE! ¿Le hable también a usted?
-Para que me hablase en consulta le costaría 600€ la media hora. Eso no es nada, no se preocupe, esas voces que oyen proceden de su receptor de radio y usted las toma como personales, afortunadamente está estudiado, no van dirigidas a usted sino a un imaginario facha universal. Ya me tranquilizo.
-¿De la radio dice doctor?
-Efectivamente de la radio. Y el médico satisfecho se repantiga en su sillón porque ha descubierto el origen de la fuente de preocupación de su paciente que sufre psicosis y sonríe.
-De la radio es imposible doctor.
-Sí, hágame caso, nunca le he defraudado.
-Es imposible doctor porque además de no tener pilas, a mi hijo pequeño jugando con su prima se le escurrió el transistor cayéndose en la bañera y no funciona desde hace más de 5 años.
-¡Coño!
-Perdone, me decía usted.
-Que oigo voces doctor. Oigo voces.
-Tranquilícese usted. Explíqueme lo que le ocurre.
-Estoy muy preocupado pero muchísimo, acojonado.
-No lo comprendo, porque su medicación está muy bien ajustada, sus analíticas dentro de los rangos normales, no debería sentirse así y... ¿acudir a consulta con esas fobias? Vuelva a explicarse, le atiendo con todo interés. Soy su médico y sabe que le conozco y aprecio.
-Doctor desde hace varias semanas vivo sin vivir en mi.
-¡Coño, eso tiene toda la pinta de un síndrome filosófico shakesperiano agudo! Prosiga por favor.
-No quiero quedarme solo en casa, procuro que mi mujer y amigos no se separen de mi ya que justo en esos momentos oigo voces.
-¿Cuando está acompañado no le pasa pero si está en solitario sí?
-Efectivamente, es una auténtica tortura, nadie me cree.
-¿Ha identificado el significado de las voces o son inconexas?
-Parcialmente doctor, pero lo que oigo me espanta, estoy aterrado, mire como sudo, me tiemblan las manos, tengo mareos, estoy pasándolo fatal. No puedo seguir así, ahora cuando termine la consulta no vuelvo a mi piso porque mi mujer trabaja, hasta que ella lleve allí como mínimo una hora y me levanto antes que ella para acompañarla a su trabajo, a veces la espero durante todo el día en la cafetería de la esquina. Me invento excusas para no preocuparla.
-Esto es grave, parece sufrir usted un episodio de psicosis auditiva de muy complicado tratamiento, deberé consultar a otro colega. Por cierto, ha podido descifrarlos mensajes.
El paciente mira a su médico sollozando y temblando de pavor, sin incapaz de articular palabras.
-Soy su médico, debe contármelo o no podré ayudarlo, haga un esfuerzo, verbalizar en las enfermedades mentales en un paso para la curación siempre.
-Me habla.
-¿Quién le habla?
-España.
-¿Dice usted que le habla España?
-Sí, me habla España.
-Esto es un caso de libro. Prosiga, qué le dice España.
-Es una voz engolada... siempre la misma doctor, que me habla de España, de la indisolubilidad, de los peligros de la fractura, de Viriato, de las tradiciones, de la Semana Santa, de Dios y la moral, del jamón de Jabugo y de la Guardia Civil, pero lo peor es cuando me habla de la Siete Plagas que asolarán Cataluña y tengo allí muchos primos doctor...
-¡No me diga más, le está hablando Carlos Herrera de la COPE!
-¡Sí señor es él, Herrera de la COPE! ¿Le hable también a usted?
-Para que me hablase en consulta le costaría 600€ la media hora. Eso no es nada, no se preocupe, esas voces que oyen proceden de su receptor de radio y usted las toma como personales, afortunadamente está estudiado, no van dirigidas a usted sino a un imaginario facha universal. Ya me tranquilizo.
-¿De la radio dice doctor?
-Efectivamente de la radio. Y el médico satisfecho se repantiga en su sillón porque ha descubierto el origen de la fuente de preocupación de su paciente que sufre psicosis y sonríe.
-De la radio es imposible doctor.
-Sí, hágame caso, nunca le he defraudado.
-Es imposible doctor porque además de no tener pilas, a mi hijo pequeño jugando con su prima se le escurrió el transistor cayéndose en la bañera y no funciona desde hace más de 5 años.
-¡Coño!
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