Eso no se me hace, no se me hace eso. -Murmuraba Maricarmen mientras se peinaba con rotundidad su pelo teñido color calabaza. No sabe bien el gilipollas éste con quien ha dado, ahora mismo se va a enterar, hacerme esto a mí, a mí. Salió del baño y se enfundó en una falda negra, camiseta negra y zapatos rojos. Se dirigió al cuarto de su hijo pequeño Borjamari y desde la puerta le gritó.
-¡Borjamari deja el videojuego que nos vamos!
-Jo, mamá, qué rollo.
-¡Déjalo inmediatamente porque nos vamos y tienes que acompañarme!
El adolescente no le hacía el menor caso, así que Maricarmen se dirigió sin dudar hasta la caja de térmicos y cortó la luz sin dudarlo. Se oyó un lamento que decía: ¡Jo, mamá otra vez cortándome la luz! Se acercó al cuarto de su hijo y abrió el armario, eligió una camiseta limpia y se la puso en la cara sin pronunciar palabras. Borjamari se quitó la suya churretosa de tanto comer en la silla del ordenador y se la puso mirando al suelo. En casos así lo mejor era aparentar lo que en realidad era, gilipollas y vago.
La madre agarró el bolso y las llaves e indicó al hijo que saliera de la vivienda, el joven no tenía claro a cuento de qué venía aquel gran cabreo de su madre, así que lo mejor era mantenerse expectante y ya se enteraría, por lo pronto todo indicaba que no iba con él, lo que era un triunfo. Ya dentro del vehículo todoterreno de alta gama y recién salidos a la calle, la madre se dirigió al hijo para decirle:
-Vamos a crucificar al capullo de tu padre.
-¿Cómo?
-No sabe con quién ha dado, me lo voy a comer y tú a mi lado, no quiero que pronuncies ni una sola palabra, cuando te pregunten algo mueve la cabeza afirmativamente ¿entendido Borjamari?
-Pues no, no he entendido nada mamá.
-¡Que te calles y obedezcas a tu madre! Lo vamos a empurar.
-¿Pero qué ha pasado mamá, no me he enterado de nada?
-Porque soy una santa, por eso, una santa de devocionario, pero esto se ha acabado, tu padre esta noche duerme esposado. Y dicho esto se persignó con mayor velocidad que lo hace un fraile ermitaño loco. Por cierto ya hemos llegado, aquí vamos a poner la primera denuncia.
-¿Pero si esto es la sede de Endesa mamá?
-Así es, baja del coche y atento cuando yo te mire, porque como digas algo inconveniente te tiro el ordenador a la bañera ¿te has enterado? Borjamari sabía que su madre no amenazaba en vano y se puso muy serio, como esos hombres que se visten del Cobrador del Frac y siguen a sus víctimas.
-¿Vez para poner una denuncia?
-Coja su número de turnomatic y espere a que se le llame.
Se sentaron, en la sala de espera había otras 5 personas, afortunadamente las reclamaciones estaban siendo atendidas por dos empleados, una chica embarazada joven y un señor a punto de jubilarse.
Cuando en la pantalla apareció C34 Maricarmen se levantó y pellizcó a su niño, dirigiéndose a señor jubilado que los recibió amablemente.
-¿Qué se les ofrece?
-Venimos a denunciar a mi marido porque tiene una trampa de la luz en nuestro chalet y lleva con ella bastante tiempo.
-¿Cómo ha dicho?
-Mi marido pagó 700€ a un electricista de esta empresa para que le montara un artificio para pagar lo mínimo posible, mi marido se llama Santiago Casado Pérez y vivimos en Ronda de la Abubilla, 32, Parque Conde de Orgaz, aquí en Madrid. Como mi hijo y yo somos probos ciudadanos, no podemos consentir que se estafe a una compañía tan honrada y venerable como Endesa, por eso estamos aquí para que se desplacen a nuestra casa y eliminen la trampa.
-¡Pero señora, es la primera vez que oigo una denuncia de la familia al padre!
-Pues no será la única ¿ha anotado bien la dirección?
-La verdad es que no, pero lo hago ahora mismo.
-¿Necesita que firme en algún lado, no puedo consentir que esta empresa pierda dinero porque mi marido se lo proponga, eso creo que es fraude, pero yo no entiendo de leyes, mi marido sí porque es abogado del Estado?
Maricarmen se levanta y lo mismo hace Borjamari que mira a su madre y no la reconoce.
-Buenos días.
-Buenos días tengan ustedes ya nos encargamos nosotros de hacer las oportunas verificaciones.
-No pierdan tiempo, por si se le ocurre quitarla y le ha estafado mucho, tenemos piscina climatizada, sauna, baño turco, aire acondicionado en todo el chalet, suelo radiante, en fin, de todo.
Salen.
-¿Pero mamá te has vuelto loca que nos van a crujir?
-Eso espero, ahora vamos a poner una denuncia en el ayuntamiento porque tu padre no recicla y le vamos a dar copia a los ecologistas para que nos hagan un escrache, pero lo que no se espera tu padre es que lo vamos a denunciar también en la agencia tributaria.
-¿Hacienda?
-Hacienda.
Nuevamente en el todoterreno la mujer aceleró y se plantó en la agencia en poco tiempo, nuevamente cogió turno y espero a que le atendiese algún funcionario, cuando ésta lo hizo le preguntó.
-¿Dígame el objeto de su visita, por favor?
-Vengo a denunciar que en las 5 declaraciones de hacienda que hemos presentado mi marido y yo los últimos años hemos incluido partidas desgravables que no lo eran, concretamente las rentas de alquiler se han declarado al 50% de sus cuantías reales, también en otros aspectos, ya sé que como la declaración es conjunta me veré envuelta en la investigación, pero como buena ciudadana y madre quiero que mi hijo aquí presente, vea que en modo alguno podemos ni debemos engañar a nadie y mucho menos a la agencia tributaria…
-¿Pero mamá qué te ha hecho papá? Dijo llorando Borjamari.
-Algo imperdonable hijo, algo que se me ha clavado como una daga en el corazón, como los cuchillos que llevan las vírgenes en la Semana Santa, me ha roto.
-¿Qué mamá?
-Ella lo miró fijamente y contestó: anoche me dijo gorda y apestosa.
-Pero mamá eso es una tontería.
-¡Una tontería! Eso no se me hace, no se me hace eso.
Oooo000oooO