sábado, 11 de agosto de 2018

LA MEMORIA


Dicen que nunca ocurrió, pero yo lo recuerdo perfectamente. En fila con babis nos alineábamos -ellos decían a cubrirse-, y colocábamos nuestra mano derecha sobre el compañero de delante. Se izaba la bandera al llegar el cole en el patio, luego, ya en las clases, a veces observábamos con horror apalear a los compañeros torpes: que habían tenido la mala suerte de echar un borrón al mojar sus plumas, o no saber responder sin equivocarse la tabla del 7; o no levantarse como un resorte para rezar al principio de las clases. Luego el rito se repetía para arriar la bandera y salir hacia a casa en un silencio que se podía cortar con un sable.
Dicen que nunca ocurrió, pero recuerdo perfectamente que en el encerado, que es como ellos llamaban a las pizarras, el maestro escribía cada día la máximas y consignas falangistas.
Dicen que no ocurrió, pero yo recuerdo perfectamente las hégiras de alumnos procedentes de toda la ciudad hasta la basílica y allí el Obispo nos aterraba en los Ejercicios Espirituales.
Dicen que no ocurrió, pero recuerdo perfectamente, sobre todo en días de sábado como hoy que esto escribo, odiaba y maldecia profundamente que no hubiese clases, porque teníamos Hora Santa, y eso significaba rezar el Vía Crucis con un rosario completo de rodillas frente a cada estación penitencial en la capilla, una sesión que no duraba nunca menos de 3 horas y terminaba con una misa cantada.
Dicen que no ocurrió, pero recuerdo perfectamente mi rodilla sangrando en las iglesias cuando en los meses de mayo y en ocasiones, la Presidenta de la Sección Femenina nos obligaba a todos a realizar movimientos paramilitares: de pie, a cubrirse, variación izquierda, paso al frente, mirada a la derecha, cabeza baja, avance sin moverse del sitio... y contra la fachada veíamos una cruz de los caídos, la misma que han sorprendentemente vuelto a colocar para recordarnos que en el Palacio del Pardo, un dictador asesino y sus secuaces, nos tenían a todos controlados incluso a los niños y niñas.
Y qué paradoja, me dicen que nunca ocurrió...

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