-¿Dígame por qué acude a consulta de psiquiatría?
-Soy raro doctora, muy raro. Nací en el sur, vivo en el sur, casi siempre en el sur pero me pasa algo, no me encuentro, voy contra corriente.
-Todos somos raros en cierto modo, explíquese soy su médica.
-Me aburre el Carnaval muchísimo. No entiendo las letras, lo veo todo muy ridículo incluso borde, cantan fatal...
-Hmmmm.
-¿Algo más?
-De la Semana Santa ni le cuento doctora, los capirotes, el olor a cera, los tambores que me dan unos dolores de cabeza terribles, los capillitas. Fatal doctora, lo paso fatal
-Hummm.
-¿Hay algo más?
-Me avergüenza decirlo.
-No se reprima estoy aquí ayudarle.
-La feria y sobre todo las sevillanas me dan siete patadas en el estómago, que si la primera, que si la tercera, vuelta y vuelta, un calor de cojones, el polvo del albero del suelo, un ruido infernal, las raciones carísimas y frías. Y del Rocío prefiero no hablar, no hay baños, la gente borracha a caballo, los vivas a unas y a otras,, los chistes de mariquitas me parecen de un mal gusto horroroso, veo la bandera y miro para otro lado...
-No siga, creo que tengo su diagnóstico.
La doctora consulta algo en su pantalla, abre un cajón y saca una agenda, anota algo y se dirige al paciente.
-¡Usted no lo sabe, pero es vasco! Dicho esto, llama al enfermero para que lo acompañe fuera y le cobre y al llegar a la puerta le dice.
-Disculpe, no olvide que son 500€ la visita, vuelva cuando lo necesite.-
¡Con razón me dijeron que era usted una eminencia!
-Soy raro doctora, muy raro. Nací en el sur, vivo en el sur, casi siempre en el sur pero me pasa algo, no me encuentro, voy contra corriente.
-Todos somos raros en cierto modo, explíquese soy su médica.
-Me aburre el Carnaval muchísimo. No entiendo las letras, lo veo todo muy ridículo incluso borde, cantan fatal...
-Hmmmm.
-¿Algo más?
-De la Semana Santa ni le cuento doctora, los capirotes, el olor a cera, los tambores que me dan unos dolores de cabeza terribles, los capillitas. Fatal doctora, lo paso fatal
-Hummm.
-¿Hay algo más?
-Me avergüenza decirlo.
-No se reprima estoy aquí ayudarle.
-La feria y sobre todo las sevillanas me dan siete patadas en el estómago, que si la primera, que si la tercera, vuelta y vuelta, un calor de cojones, el polvo del albero del suelo, un ruido infernal, las raciones carísimas y frías. Y del Rocío prefiero no hablar, no hay baños, la gente borracha a caballo, los vivas a unas y a otras,, los chistes de mariquitas me parecen de un mal gusto horroroso, veo la bandera y miro para otro lado...
-No siga, creo que tengo su diagnóstico.
La doctora consulta algo en su pantalla, abre un cajón y saca una agenda, anota algo y se dirige al paciente.
-¡Usted no lo sabe, pero es vasco! Dicho esto, llama al enfermero para que lo acompañe fuera y le cobre y al llegar a la puerta le dice.
-Disculpe, no olvide que son 500€ la visita, vuelva cuando lo necesite.-
¡Con razón me dijeron que era usted una eminencia!
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