Y cuando lleguen redoblando tambores,
alzando el brazo cantándole a la muerte,
o a José Antonio que viene a ser lo mismo,
cuando sea inevitable su presencia,
pierdan las letras los libros del estante,
huyan las notas de las partituras,
se nublen las mañanas de levante,
nos quedemos sin luz y sin saliva,
las manos tiemblen y no hablen ya los ojos,
la calle se sorprenda de mirarnos,
las sartenes se escondan en los sótanos
y los niños quemen juguetes en la hoguera.
Cuando se acerquen con camisas negras,
con libros negros y viejos bajo el brazo,
y den patadas para abrir las puertas,
cuando eso ocurra, cuando eso nos pase,
preferiré estar muerto que la arena me cubra
y siete meteoros desmenucen los sueños,
las olas salgan de las orillas y exijan pasaporte
porque el aire es de todos.
miércoles, 24 de noviembre de 2021
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