martes, 19 de julio de 2022

-EL MUNDO SERÁ COMO NOS LO IMAGINAMOS


La cafetería no tenía más de 4 mesas ocupadas y el camarero, estaba recostado contra la barra mirándole el culo a su compañera dominicana que preparaba un par de cafés.
-Francisco que me estoy dando cuenta, no me mires más el culo.
-No te lo estoy mirando.
-¡Qué cara tienes, si no fuera porque necesito con toda urgencia el sueldo miserable que me paga la dueña te ibas a enterar tú!
-¿Y cómo sabes que te lo estoy mirando?
-Por eliminación, la calle está desierta, los clientes dormitan y en la tele ponen una transmisión del Corpus Christi del Vaticano, qué otra cosa podías mirar.
-Pues sí que eres lista Jennifer María.
La camarera termina los cafés y los coloca sobre la bandeja de Francisco, para que los sirva a las dos jubiladas que se han acurrucado en la mesa del rincón, junto al ventanal, para aprovechar algo de luz crepuscular (pongo crepuscular porque siempre he querido ponerlo y nunca encuentro la situación ¿vale?)
-Tengo una pregunta.
-¿Otra, más que camarero pareces el buscador de Google?
-¿Puedo?
-¡Qué remedio!
-¿En Santo Domingo todas...?
-¡Francisco, cállate cojones!
-Vale, vale, cómo te pones por nada.
Se acerca Jennifer María, que es una mulata con el pelo negro recogido en una cola.
-La cola de tu pelo podría decirse que es apabullante, pero prefiero definirla como efervescente.
-¿Efervescente como el Alka selzer? Porque eres simpático, de lo contrario saltaría el mostrador y me liaba a sillazos contigo.
-¿Conmigo, por qué?
-Pues porque tus miradas son libidinosas.
-¿Libidinosas? Se nota que has estudiado Dirección y Administración de Empresas, en mi barrio nadie dice eso de libidinoso, sólo se lo he oído a los clientes que aparecen por aquí sobre las 11 en una escapada de la Bolsa.
-Eres más simple que el mecanismo de una bisagra Francisco. Si tuvieses que emigrar no te colocaba nadie.
-En eso tienes toda la razón chica, eso mismo me dice mi mujer, aunque ella lo expresa de otra manera más popular, me mira, se ríe y a continuación me indica el fregadero y la lavadora. Después comenta: si no fuera por mi, estarías tirado en la calle, qué suerte tienes.
-Ahora comprendo -dijo Jennifer María, que me mires el culo Francisco. Algún día el mundo será como nos lo imaginamos

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