domingo, 15 de enero de 2012

LO QUE PODÍA HABER SIDO Y NO FUE

LO QUE PODÍA HABER SIDO Y QUIZÁS FUE:



Se levantó muy temprano, se aseó escrupulosamente y se vistió con ropa limpísima e inmaculadamente planchada por él. Salió a la calle y andando, aunque le cogía lejos, se dirigió hacia la terminal marítima para embarcarse en el catamarán hasta Cádiz.

LLegó a la Delegación de Empleo tan temprano que ni las puertas estaban abiertas, se cobijó del relente y del frío bajo un balcón y se colocó bien la bufanda, abrió la bolsa de cartón del Corte Inglés donde ella le había regalado una camisa en reyes y sacó los papeles, los leyó cuidadosamente, asintió, volvió a colocarlos con la misma precisión en el portadocumentos plástico más chulo que había comprado en HIVA, lo miró con ilusión. 



Hora y cuarto más tarde, le decía con ingenuidad a la funcionaria que pretendía entregar su C.V. al señor delegado provincial, hacía casi 3 años que permanecía en paro y estaba desesperado. Ella lo miró y comentó a su compañera: -Nuria este señor me pide que hable con el delegado para entregarle en mano su C.V. ¿qué hago? Nuria dijo sin levantar la cabeza: -Lo comprendemos perfectamente pero como su caso tenemos en Cádiz más de 180,000 personas, el delegado no lo recibirá.

Se volvió caminando lentamente, miraba el suelo de las calles y las juntas de las losas procurando no pisarlas, recordaba ese juego de Jack Nicholson en la película Mejor Imposible y siguió caminando, hasta que se encontró otra vez en la estación marítima. Adquirió su billete para el Puerto, embarcó y se fue a popa, estuvo mirando los muelles de la dársena y en ella, atracados también, dos cruceros. Arrancó el catamarán e instantes después soltaron amarras.
Alguien dijo haber visto a una persona saltar de la popa mientras decía: ¡Tengo un gran currículum vitae! Pero no acertaba a recordar su cara que estaba semicubierta con una bufanda.

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