jueves, 5 de noviembre de 2015

ME VENGARÉ

Que no se crea esa mierdecilla de concejal que esto se quedará así. No es que me arrepienta de haber tenido que huir, la huída frente a una tremenda agresión es la única salida de la inteligencia… y yo soy la inteligencia y ella la mierdecilla. -Dijo Pérez, para seguir hablando solo. -No podrán conmigo, seguiré dándoles la tabarra, ahora lo peor es volver a casa. Tengo que inventarme alguna mentira que convenza a los viejos. Los jóvenes somos quienes llevamos la responsabilidad del mundo sobre nuestros hombros, los mayores están muertos, sí muertos, sólo saben pagar impuestos a un atajo de capullos que hablan de la democracia pero se niegan a resolver la corrupción, su corrupción. Nosotros, los chavales cambiaremos el mundo pero nada de esas tonterías que dicen los santos, nada de eso, debemos seguir las enseñanzas de Richi Campos el rapero de Dos Hermanas cuando dice: “Aléjate del montón/ o te come el mogollón./ Dile al gili de tu primo/ que en sus babuchas me orino…” Ese Richi Campos sí que es un poeta, sabe rimar montón con mogollón, es un intelectual. Entiendo que se niegue a grabar discos, eso es más antiguo que un fusible de pelillos, donde se ponga el rap andaluz que se quite la poesía barroca del muermo de Serrat. Ha pasado casi todo el día expuesto a la lluvia sin poder guarecerse, está pingando y de vez en cuando un nuevo chubasco le moja la ropa que lleva húmeda de todo el día. Mira su teléfono y le indica que pasan varios minutos de las 11 de la noche y todavía está encaramado al techo del instituto, considera que es hora de bajarse ya y dirigirse a casa. Por lo mojado que está no tendrá problemas, ya ha ideado una trola que colará mazo, los viejos no quieren saber nada, prefieren que los engañen, saben lo que pasa pero se sienten culpables y aceptan cualquier excusa para no culparse demasiado. -Me vengaré. Pérez se fue descolgando por el bajante y corrió para saltar la valla del instituto como hacía casi siempre, en la calle trasera amarrada con 3 pitones, seguía esperándole su scooter Honda, saltó a ella y arrancó rápidamente. Mientras conducía por aquella avenida tan conocida oyó como le llegaban whatsaspps, se sacó el móvil y leyó lo que le decía Adri: “Mola P tk. Vejes kbrds.” Pérez lo había conseguido una vez más. Al llegar a casa, su madre se acercó a él y lo vió pingando como una manta recién salida de la lavadora, se echó las manos a la cabeza para decirle: -¿Qué te ha pasado hijo, pareces salido del río? Ocasión que aprovechó Pérez para responderle: -Así es mamá, la banda de lo ecuatorianos me ha tenido secuestrado, han escrito en mi nombre y al final me han arrojado al río, menos mal que nado muy bien gracias a las clases que me has pagado. Mamá la natación me ha salvado la vida. -¡Hijo mío y pensar que te acusan de catalonoxenófobia, lo que habrás sufrido! Viendo Pérez que aquello funcionaba respondió: -Tranki mami nadie puede con los Pérez, qué hay de cenar.

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