-TROLS-

Ahora que tengo tiempo voy a crearme un perfil en las redes sociales, para fardar y hablar de lo listo que soy, de lo guapo que soy y de lo guay que soy.
Estoy pensando qué ponerme en la banda horizontal, podría colgar una foto mostrando mi torso inmarcesible, una tabla como el de Ansár, lo haré en un selfie contra un espejo para que la gente vea que soy la leche migá. Y en el redondelito pondré un tigre de Bengala que es lo que soy... ¿qué digo un tigre? ¡Todo un rinoceronte africano!
Y así cuando me escriban los comentarios mis amigos, contestaré desde mis amplios conocimientos -que para eso los tengo y muy cotizados-,deseando estoy terminar el perfil y tirarme a los mares para navegarlos.
¿Pero y si no pongo nada en la franja superior, ni tampoco en el redondelito? Debo pensarlo. ¡Ya me he decidido y no pondré nada! Además me inventaré el nombre, sexo, edad y lugar de residencia! Magnífico. Toc, toc. Creo que oigo algo y estoy solo en casa, no debe ser la radio porque la tengo apagada. Pues no, alguien me llama, escucho una voz metálica...

-¡Oiga, oiga!
-¿Es a mí?
-Claro que es a usted, si no hay nadie más en casa.
-¿Pero quién me habla?
-Soy su equipo periférico.
-¿Pero pueden hablar?
-Evidentemente, sonamos a metálico pero pensamos con la más absoluta racionalidad, precisamente por eso le estoy hablando.
-Bien, pues dígame qué puedo hacer por usted.
-En la franja superior de su aplicación ponga una foto de su casa o su ciudad y en el círculo otra reciente suya, para que la gente que navegue por internet le reconozca.
-¡No quiero que nadie pueda hacerlo!
-Ah, vale, ahora lo comprendo, yo soy un pobre robot, pero usted es un miserable trol de los que tanto andan jodiendo las redes sociales.

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