-¿Y dice usted que está totalmente rehabilitado?
-Sí señoría, absolutamente. La lectura y el estudio de la Biblia me ha servido para rehacerme como ser humano, que Dios en su infinita bondad le conceda todos sus dones. Solicito el tercer grado y no lo defraudaré.
-Tendrá que demostrarlo.
-Póngame a prueba, ya puedo salir de la cárcel y llegar a ser un puntal de la sociedad, mi corazón está henchido de amor por mis semejantes gracias a sentirme arropado por la bondad inabarcable de Dios. Gloria a Dios, gloria a Jesús y gloria al Espíritu Santo. Amén.
-Hábleme de la secta satánica que creó y que tanto daño hizo a nuestros jóvenes.
-Reconozco humildemente señoría que en la iglesia que fundé lo único bueno que tenía es que yo ocupaba la distinción de Papa Sapientísimo,
-Pues me temo que es insuficiente para su petición. Lo volveré a ver dentro de cuatro años.
-Ya me lo imaginaba, pero había que intentarlo.
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