sábado, 1 de abril de 2017

AUTODEFINIDOS

¿Todavía no ha llegado Pérez?
-Pregunta el comisario tratando de completar un autodefinido confiscado a un detenido.
-No me he dado cuenta pero...
-Responde el Subcomisario desde el despacho de al lado.
-Pues ya sabes lo que debes hacer, subirte a tus zapatos y bajar dándote patadas en el culo para saberlo.
-¿Embarcación antigua de guerra de tres palos con siete letras? Veamos, puede ser fragata. Fragata tiene 7 letras aunque corbeta también las tiene. Bueno, al menos ya sabemos que termina en a, pero no es ni una ni otra porque con la horizontal que acabo de clavar aquí empieza con c.
-Señor comisario, me informa el policía de guardia que Pérez está aparcando.
-Que suba inmediatamente a verme, es muy importante.
-(Joder otra vez a bajar, vaya coñazo que es el comisario éste). Busca a Pérez en el aparcamiento. -Pérez.
-Qué.
-Sube que el comisario está esperándote.
-¿A mí? -Sí, tú.
-Mal empezamos. Sube Pérez los tres tramos de escaleras hasta el primer piso y mira de reojo desde el pasillo. Parece que está escribiendo algo de enjundia.
-A sus órdenes señor comisario, me han avisado que usted ha preguntado por mi. Usted dirá.
-¿Embarcación antigua de guerra de siete letras que empieza por c y termina por a, lo sabe usted Pérez? -¿De 7 letras, déjeme ver, puede ser Carranza?
-Carranza tiene ocho.
-Entonces pruebe con carraca.
-¿Carraca, no creo que sea eso de carraca? Lo miraré, pues sí, es carraca. Pérez usted sabe mucho, siga así y subirá alto en el escalafón y algún día podrá recordarme todo lo que le he enseñado sobre la delincuencia.
-Usted es un libro abierto señor comisario, qué digo un libro, toda una wikipedia de saberes criminalísticos.
-Dijo Pérez con toda la sorna.
-¿Bueno y qué, los tiene ya ahí?
-¿A qué se refiere usted ahora señor comisario?
-Digo que si los ha traído ya.
-Ah, sí, sí. Ya los tengo, sí.
-¿Servirán?
-Hombre, eso nunca se sabe.
-¿Cómo que eso nunca se sabe Pérez, qué me está usted diciendo?
-Yo los recogí, los subimos al furgón y ahí están señor comisario.
-¿Y qué? -Pues mire usted, puede que sirvan pero... -¿Cómo, no se ha asegurado usted que sean buenos? -Buenos, buenos, señor comisario no lo firmaría, son como siempre. -
¿Cuántos ha traído?
-¿Que cuántos he traído, déjeme recordar, un par en Puerto Real, otro más que tenían allí al fresco y tres de Puerto Tres?
-¿Tres de Puerto Tres pero qué dice usted Pérez? Desde luego nadie sabe lo que tiene que sufrir un comisario de policía para mantener a su ciudad libre de delincuentes. Qué estrés tan grande tengo, me tengo que ocupar de todo.
 -¿De tamaño qué?
-¿Tamaño dice usted señor comisario? Yo diría que tamaño normal.
-¿Y qué es normal para usted Pérez?
-Normales señor comisario, aunque unos son más grandes que otros pero haciendo una media, tamaño normal.
-¿No me dejará usted mal hoy Pérez, no me dejará que haga el ridículo que hoy viene el Subdelegado del Gobierno?
-¿El Subdelegado viene a la comisaría señor comisario?
-¿Pero usted dónde ha recogido mi encargo Pérez? -Ya se lo he dicho, un par en Puerto Real más otro que tenían allí, abajo tengo la documentación...
-¿De qué documentación habla usted Pérez?
-La de los detenidos señor comisario.
-¿Qué detenidos?
-Los que acabo de traer en el furgón señor comisario.
-¿Entonces usted no es el que ha ido por...?
-¿A qué se refiere, no lo capto, no me entero de nada?
-¡Fuera de aquí Pérez, fuera de aquí! Pérez baja las escaleras saltando los escalones de tres en tres huyendo del encolerizado comisario.
-¡Fonseca, Fonsecaaa! ¿Quién se ha encargado de ir por los bogavantes para la visita del señor Subdelegado del Gobierno?

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