-Cariño, qué placer tan grande es decidir sobre uno mismo, tomar decisiones y hacerlas realidad. Ambos están en la cama leyendo sendos libros. -Sé que cumplirás escrupulosamente mis intenciones... ¿lo harás Pepe? Que sigue leyendo El siglo de las luces de Alejo Carpentier entusiasmado.
-¡Pepe!
-¿Qué pasa, se ha soltado el freno de mano de la autocaravana otra vez? Qué coñazo.
-Ni freno de mano ni nada, que no me prestas atención.
-Estoy leyendo.
-Te hablaba del momento sublime cuando lo decida, debes estar muy atento a mis intenciones ¿vale?
-Vale Rosalía, vale.
-No tardará mucho porque me decidiré en plena posesión de mis facultades físicomentales, en el esplendor de mi mente.
-¿De repente?
-¡De mi mente que estás sordo como una tapia Pepe! Estoy hablando de Santa Eutanasia.
-¿Que te ha vuelto meapilas de Santa Anastasia? No me esperaba eso de tí Rosalía, siempre tan hippie y tan moderna y ahora me vienes con las santas, desde luego no tienes arreglo.
-¡Paso de las santas! Hablaba en tono emocionado y arrebolado de la eutanasia.
-Vale, ahora te entiendo. Sí, por supuesto, la eutanasia es una conquista nuestra y ningún pingüino de mal agüero nos la joderá. ¿Has decidido ya cuándo?
-De eso te estaba hablando Pepe. Quiero que tomes nota de mis deseos póstumos.
-¿Ahora, en mitad de la noche en el Cabo de Gata dentro de la caravana? No me hagas esa putada que aquí quienes tienen competencia es la Guardia Civil y que te trasladen en el Nissan Patrol no tiene glamour ninguno.
-¡Anda ya! Que tomes nota ahora porque estoy inspirada, busca un boli y apunta.
-Joder Rosalía, ahora me tengo que bajar de la litera y buscar un boli con el desastre que dejamos ayer en la autocaravana, cuando tuvimos que hacer la paella dentro por tanto viento.
-Obedece.
-Joder. Qué hora es. Mira el reloj. -Son las 4 menos veinte Rosalía que estás más loca que la marquesa Cayetana.
-Ya quisiera esa fantasma parecerse a mi, yo quedaré para los Anales: Rosalía Rodríguez y Pérez, natural de Jerez de la Frontera, feminista y ciclista. Eso quiero que grabes en el roble de nuestro chalet.
-¿Con letras mayúsculas o minúsculas?
-¡Eso me da lo mismo! Sigue anotando. Cuanto me tome el pentotal sódico previamente habré ido a la peluquería, llevaré puesto unos jeans nuevos de esos que parecen muy viejos, entallados por supuesto y procuraré que la dosis sea la adecuada para morir sonriendo.
-¿Y si no es así, que hago Rosalía?
-¡Maquillarme!
-Vale, lo tengo anotado.
-¿Qué hago con tu cuerpo?
-No avises a las autoridades hasta la puesta de sol, siempre quise que llegasen cuando el sol se oculta sobre la mar.
-Muy bonito Rosalía, me gusta. Supongo que me pedirán tus datos y el DNI lo guardas en el bolso negro.
-¡Ni se te ocurra entregarles el DNI Pepe!
-¿Pero?
-Que no le enseño mi edad a nadie y mucho menos a un forense de pueblo cateto. Nada, de DNI nada.
-¿Cuando me pregunten nuestra relación qué digo?
-Amigos y viajeros por el mundo, verán la autocaravana y lo comprenderán.
-¿Incineración?
-Por supuesto.
-¿De cenizas qué?
-Las pones en una caja de Cola-Cao de las de lata y la colocas debajo del busto de Fermín Salvochea en la Diputación de Cádiz.
-El sitio está bien elegido, pero en cuanto lleguen las limpiadoras te tirarán a la basura.
-Me da lo mismo porque soy inmortal
-En eso tienes toda la razón, conseguir a la 4 de la mañana que anote todas las capulladas que se te ocurren únicamente lo consigue una diosa. Hasta mañana, despiértame y recuerda que vaya en bicicleta por el pan.
-¡Pepe!
-¿Qué pasa, se ha soltado el freno de mano de la autocaravana otra vez? Qué coñazo.
-Ni freno de mano ni nada, que no me prestas atención.
-Estoy leyendo.
-Te hablaba del momento sublime cuando lo decida, debes estar muy atento a mis intenciones ¿vale?
-Vale Rosalía, vale.
-No tardará mucho porque me decidiré en plena posesión de mis facultades físicomentales, en el esplendor de mi mente.
-¿De repente?
-¡De mi mente que estás sordo como una tapia Pepe! Estoy hablando de Santa Eutanasia.
-¿Que te ha vuelto meapilas de Santa Anastasia? No me esperaba eso de tí Rosalía, siempre tan hippie y tan moderna y ahora me vienes con las santas, desde luego no tienes arreglo.
-¡Paso de las santas! Hablaba en tono emocionado y arrebolado de la eutanasia.
-Vale, ahora te entiendo. Sí, por supuesto, la eutanasia es una conquista nuestra y ningún pingüino de mal agüero nos la joderá. ¿Has decidido ya cuándo?
-De eso te estaba hablando Pepe. Quiero que tomes nota de mis deseos póstumos.
-¿Ahora, en mitad de la noche en el Cabo de Gata dentro de la caravana? No me hagas esa putada que aquí quienes tienen competencia es la Guardia Civil y que te trasladen en el Nissan Patrol no tiene glamour ninguno.
-¡Anda ya! Que tomes nota ahora porque estoy inspirada, busca un boli y apunta.
-Joder Rosalía, ahora me tengo que bajar de la litera y buscar un boli con el desastre que dejamos ayer en la autocaravana, cuando tuvimos que hacer la paella dentro por tanto viento.
-Obedece.
-Joder. Qué hora es. Mira el reloj. -Son las 4 menos veinte Rosalía que estás más loca que la marquesa Cayetana.
-Ya quisiera esa fantasma parecerse a mi, yo quedaré para los Anales: Rosalía Rodríguez y Pérez, natural de Jerez de la Frontera, feminista y ciclista. Eso quiero que grabes en el roble de nuestro chalet.
-¿Con letras mayúsculas o minúsculas?
-¡Eso me da lo mismo! Sigue anotando. Cuanto me tome el pentotal sódico previamente habré ido a la peluquería, llevaré puesto unos jeans nuevos de esos que parecen muy viejos, entallados por supuesto y procuraré que la dosis sea la adecuada para morir sonriendo.
-¿Y si no es así, que hago Rosalía?
-¡Maquillarme!
-Vale, lo tengo anotado.
-¿Qué hago con tu cuerpo?
-No avises a las autoridades hasta la puesta de sol, siempre quise que llegasen cuando el sol se oculta sobre la mar.
-Muy bonito Rosalía, me gusta. Supongo que me pedirán tus datos y el DNI lo guardas en el bolso negro.
-¡Ni se te ocurra entregarles el DNI Pepe!
-¿Pero?
-Que no le enseño mi edad a nadie y mucho menos a un forense de pueblo cateto. Nada, de DNI nada.
-¿Cuando me pregunten nuestra relación qué digo?
-Amigos y viajeros por el mundo, verán la autocaravana y lo comprenderán.
-¿Incineración?
-Por supuesto.
-¿De cenizas qué?
-Las pones en una caja de Cola-Cao de las de lata y la colocas debajo del busto de Fermín Salvochea en la Diputación de Cádiz.
-El sitio está bien elegido, pero en cuanto lleguen las limpiadoras te tirarán a la basura.
-Me da lo mismo porque soy inmortal
-En eso tienes toda la razón, conseguir a la 4 de la mañana que anote todas las capulladas que se te ocurren únicamente lo consigue una diosa. Hasta mañana, despiértame y recuerda que vaya en bicicleta por el pan.
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