Había nacido respondona. Aquella niña sólo quería comer de la mama derecha de su madre y a su padre esta situación no le parecía la adecuada, pero mami se lo consentía. Cuando se despertaba de noche y berreaba, porque lo hacía a dos pulmones, en la casa no se sabía qué hacer para callarla hasta que la portera, que era de Covandonga, les dijo el único remedio. Sus padres sorprendidos preguntaron.
-¿Y usted cómo lo sabe?
-Porque soy de Covandonga.
-¿Y eso qué tiene que ver?
-Mucho, les traigo un casete para que le pongan el himno de la Legión.
-Perso señora ¿cómo le voy a poner a mi niña de dos meses el himno ése que habla de muerte?
-Ustedes sabrán.
La madre, harta de los llantos de la niña y aprovechando que el padre que era conductor de los camiones que recogen los contenedores de basura nunca estaba en casa, se la puso y se calmó inmediatamente.
En la escuela no se sentaba hasta que con el brazo derecho en alto no se cantaba El toro enamorado de la luna y Viva España de Manolo Escobar. Cuando se le preguntaba qué quería ser de mayor contestaba que duquesa. Lo que provocaba las risas en la casa que era muy humilde.
Y así fue creciendo en su barrio obrero donde impostaba la voz y era la que mandaba porque a mandar no la paraba nadie.
Tuvo suerte debido a que de chamba asistió a una charla sobre el honor y las tradiciones, de la cual salió nombrada presidenta de los supremacistas de su barrio que por cierto eran sólo dos, la dueña del kiosko de prensa y ella.
En las clases de ciencia sostenía que la tierra era plana, a más b nunca puede ser ser c debido a que las letras son letras y los números números son y aunque la suspendieron varias veces, el director del centro que a escondidas también era terraplanista, corrigió las actas y aprobó el bachillerato.
Actualmente es la portavoz en el barrio de Aluche de los terrasupremacistas con honor, ayudó también a izar la bandera más grande de Madrid. Una tal Monesterio supo de ella y la fichó como asesora, le fue bien, puesto que todo indica que la nombrarán senadora próximamente.
-¿Quién nos iba a decir Maripili que nuestra niña, con los disgustos y mala estudiante llegaría a ser senadora? -Dijo papi.
-Sí, pero la puñetera niña no se pone la vacuna del Covid y tú trabajando en la basura. A mal traer me tiene.
-Bueno, no te preocupes, todo no se no se puede tener en la vida.
oooo0oooo
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