lunes, 17 de noviembre de 2014
EL JUICIO FINAL
¡Léanse en voz alta los pecados mortales del reo! Y un bello e inmaculado ángel se acercó al micrófono para leer lo escrito en una tablet: ha sido vanidoso, narcisista, se ha escaqueado muchas veces de las faenas domésticas, fingía no oír el teléfono para no contestarlo y además, escribió numerosos poemas, relatos y artículos que no sirvieron para nada.
-Eso es muy grave. Dijo Dios.
-¿Acepta el reo los cargos? Sí, dije yo, son ciertos, lo admito con tristeza.
Que se aplique el código entonces, abundó el arcángel fiscal. Y el ángel de melodiosa voz buscó en su tableta el castigo, lo encontró, miró a Dios y esperó a pronunciar la sentencia. El Señor asintió bajando la cabeza.
-Se condena al reo a 25.000 millones de años en el Purgatorio. Y en ese momento San Pedro se dirigió al Señor para decir: No olvidemos que también trabajó toda su vida, se consideró ciudadano del mundo, amó la pintura y la escultura, la música y la arquitectura, es una persona sonriente y cuando ha podido, siempre ha tendido su mano a los necesitados y lo más importante, durante su vida ha leído libros y le gustaba Cat Stevens, Aretha Franklin, Crosby, Still, Nash and Young y los Rodríguez, la música clásica y el jazz. Se hizo un silencio espeso y el Señor dijo: Si es así que se siente con nosotros.
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