martes, 26 de febrero de 2019

LA HIPOTECA BOA CONSTRICTOR

Doña Engracia acababa de enviudar de un conductor de camiones ligeros empleado para una contrata americana encargada de la recogida de residuos urbanos, la empresa TAAW (Trash are always Welcome) La basura siempre es bienvenida.

Atravesó el umbral de aquel banco extraño lleno de pantallas y sin empleados, la luz muy oscura y en el rincón tres mesas con sendas tres sillas. Cuando la voz metálica pronunció en aquella penumbra su número, avanzó lentamente hacia una de ellas donde acababa de levantarse una pareja llorando y se sentó, agarrando con todas sus fuerzas el bolso porque tenía la impresión que en cualquier momento podía sufrir un tirón y perder lo poco que ya le quedaba. Mientras miraba las pantallas donde aparecían rascacielos de Singapur, playas de Honolulú y helicópteros tripulados por chicas en bikini, una voz la trajo nuevamente a la realidad.
-¿Es usted Engracia Pérez? –Ella asintió sin pronunciar palabra.
-Estamos encantados que haya venido porque tenemos buenas noticias para usted, aunque tiene una economía modesta siempre ha pagado y no ha dejado nunca un recibo pendiente ¿no es así?
-Sí señora.
-Llámeme Pili, desde ahora el banco -BYMNB* Bring Your Money Now Bank, uno 
de los más importantes y agresivos de Europa- desea que usted lo pase lo mejor posible, ha sido seleccionada para nuestro programa Boa Constrictor.
-¿Cómo y eso qué es?
-Seguro que habrá contratado alguna tarifa de teléfonos móviles que se llame Delfín, Centauro o Ballena.
-Sí.
-Pues bien, paso a exponerle nuestra oferta Boa constrictor que tiene como fin que usted tenga más dinero en el bolsillo, sabemos que el fallecimiento de su esposo, que lamentamos, le ha mermado sustancialmente sus ingresos.
A Doña Engracia se le caían las lágrimas, su marido había fallecido sólo 4 meses antes y seguía muy afectada.
-¿Cuánto le ha quedado de pensión señora Pérez si no es mucho preguntar?
-Setecientos cincuenta euros.
-Y suponemos que no llega a fin de mes.
-¡No me hable usted que no doy una, no me aclaro, un desastre. Pobre Juan desde que te fuiste no llego a fin de mes.
-Pues eso se ha acabado señora Pérez.
-¿Cómo? 
-Lo que oye. Sabemos que posee una casa en la calle San Sebastián, una buena casa.
-¡Menos mal que no me he quedado en la calle! Al menos tengo techo.
-Pues si usted me lo permite, voy a introducir en nuestra aplicación de valoraciones ultrarrápidas para conocer el valor de su inmueble.
-Sí, tiene muebles, son antiguos pero son muebles.
-No me ha entendido, me refiero al valor de la casa. Vamos a ver, conocido el emplazamiento, el ordenador está calculando el precio medio de una vivienda como la suya en este preciso momento del mercado inmobiliario, y ponderándolo con la subida del petróleo, PIB de Hong Kong y lo más importante la tasa de natalidad de China y… ya lo tenemos. Su vivienda tiene un valor de 174.358,87€ exactamente. Tiene usted una buena vivienda.
Engracia no entendía nada, miraba a la chica teclear y darle una cifra ponderada muy extraña.
-¿Tan poco y eso qué significa?
-Pues ha tenido suerte porque nuestro banco se la quiere hipotecar negativamente pagándole 600€ al mes para que recupere su poder adquisitivo y se vaya de viaje con el Imserso, esa organización que más pronto que tarde recibirá el Premio Internacional de la Unesco.
-¿Me quiere usted explicar cómo?
-Muy sencillo, el banco le ofrece la Hipoteca Boa constrictor que como su nombre indica le irá apretando poco a poco pero dejándola vivir hasta que reciba el dinero que le concedemos.
-¿Cuánto me va a conceder?
-Espere, eso nos lo va a responder esta aplicación maravillosa que tenemos, si partimos de una finca con un valor exacto, nosotros trabajamos con absoluta exactitud, de 174.358,87€, le ofrecemos en este preciso momento y sólo tiene 5 minutos para pensarlo la maravillosa cantidad de 79,302,56€ pagaderos a 600€ mensuales menos el 21% de IVA y unas comisiones de 38,34€  que le dejarán netos nada menos que 435,21€ que le van a venir muy bien. Se acaban para usted los problemas.
-¿Y dónde vivo yo?
-Ud. Se queda en su casa, el banco le deja vivir allí señora Pérez hasta que…
-Pues durante 10 años y un mes señora Pérez.
-Es que tengo 59 años cuando pase 10 años dónde me meto.
-Ya le he dicho que se trata de nuestra magnífica Hipoteca inversa Boa constrictor que te va apretando hasta que te mata, si no quiere que la mate muérase antes doña Engracia. ¿Qué le parece nuestra propuesta?
En las pantallas de televisión simultáneamente aparecían otros jubilados llevando una pancarta que decían vente con nosotros Engracia, vente con nosotros, entre Casado, Rivera, Abascal, Sánchez, Iglesias y Tardá ¿te garantiza alguien poder vivir diez años más?
Doña Engracia Pérez comenzó a llorar, comprendiendo entonces a la pareja que acababa de cederla la mesa y en ese momento se escucharon gritos y patadas en la puerta, irrumpiendo en ella un tropel de gente que llevaban una pancarta y petos naranjas con las sigla PAH, arrinconaron a la joven y corearon todos: NI CASAS SIN GENTE, NI GENTE SIN CASA rescatando a la pobre mujer.


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Jesús María Serrano

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