jueves, 9 de febrero de 2017

MICRORRELATO INSENSATO

¡Estoy como un toro! -Dijo y en ese preciso momento, el griterío de la muchedumbre acalló el dolor de la pica sobre el lomo de aquel negro y bellísimo animal de 5 años, el mismo que los únicos humanos que conocía eran hombres de tienta y a su cariñoso mayoral.

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