-Sí Señoría.
-¿Y qué ha hecho ese tostonazo que me amarga todas las guardias?
-Que habla con los marcianos.
-¿Cómo?
-Que no para de hablar con marcianos.
-¡Qué barbaridad! ¿Y habla de verdad?
-Por eso lo he detenido.
-Pero eso es un descubrimiento científico de primera magnitud. Debemos preguntarnos porqué los marcianos han elegido al viejo para comunicarse con él. Es de lo más interesante, pero no es motivo para detenerlo Pérez, se ha pasado usted tres pueblos y varios apeaderos de tren.
-Pero no para de hablar con los marcianos Señoría, incluso se han quejado los propios marcianos.
-¿Cómo dice usted Pérez, se ha vuelto loco?
-Ayer, tuvimos que detenerlo porque se abrazó al televisor de plasma de la cafetería frente al Congreso y repetía: -Marciano, Marciano defiende España, defiende España.
-Bah, eso es una mera anécdota.
-Qué anécdota, ni anécdota que Marciano le contestaba: -Ni subo ni bajo, ni voy ni vengo, ni quiero ni puedo pero defiendo España y el 155. Tuve que detenerlo Señoría. Lo siento, ahí lo tiene en los calabozos.
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