El verano pone de manifiesto las playas y litorales que han sido arrasadas por la especulación y la construcción masiva. En las fotos muestro en primer lugar playas de Benidorm en Alicante, Peñíscola en Castellón y La Puntilla en El Puerto de Santa María en Cádiz. Se puede apreciar sin género de dudas las aberraciones urbanísticas que han destrozado el medio ambiente tanto en Benidorm como en Peñíscola, lo que no es comprensible es que a pesar de ello sean preferidas inexplicablemente por el turismo de masas en comparación a lugares de ensueño, auténticos paraísos, como la playa de La Puntilla, de las muy pocas en la península Ibérica que sigue coronada por frondosos y frescos pinares.
Las cosas no ocurren por casualidad, el movimiento ecologista es muy fuerte en nuestra ciudad y consigue paralizar la mayoría de agresiones de los pelotazos urbanísticos, aunque no ha sido gratis y son conocidas las fuertes presiones, sinsabores y persecución que los medioambientalistas siguen sufriendo. La gente parece que no tiene ojos.
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