martes, 23 de marzo de 2021

MICRORRELATO


-Me interesa comprar un colchón.
-¿Cómo lo quiere: de muelles; viscoelástico; de persona; matrimonio; entre catre y cama; altura normal; extra o tatami?
-Olvídelo, póngame un kilo de boquerones.

oooo00oooo

ARDOR GUERRERO




-¡La patria os necesita, corred, corred!
Así llevaban aquellos legionarios de Ronda desde las 5 de la mañana. Subiendo riscos, cruzando arroyos, saltando entre las piedras, emboscándose tras los árboles, refugiándose donde fuese necesario, con las caras pintadas de betún y el sudor manchándolas y dejando ridículos hilillos y churretes, sin descanso, entrenándose para cuando la nación los necesitara. Y así sobre las 3 de la tarde sin haber tomado alimento alguno ni agua llegaron a un desfiladero en la sierra, allí el sargento les indicó que se acercaran al abismo para que pudiesen contemplar la impresionante profundidad del mismo. A ojo de buen cubero no tenía menos de 200 metros en caída libre sobre 7 ó quizás 9 metros de anchura. Todos se quedaron impresionados ante esa nueva prueba que muy probablemente tendrían que resolver. Cuando ya el grupo de unos 60 caballeros legionarios, fatigados por todo el día de maniobras, sedientos y hambrientos, casi si fuerzas dieron unos pasos atrás, el sargento volvió a dirigirse a ellos.
-Pensaréis que saltar el desfiladero es una tarea imposible y tenéis razón, lo es, pero es imposible para el común de los mortales, en absoluto para nosotros que somos caballeros legionarios, los mejor entrenados y preparados del mundo entero, por eso uno de nosotros lo va a saltar para demostraros que estáis en el mejor Tercio del mundo.
Los legionarios comenzaron a temblar, uno de ellos debía dar ese titánico salto que para los mejores saltadores sería una hazaña, no digamos nada para ellos que estaban fatigados y aterrorizados de la profundidad.
-No preocuparos, -dijo el sargento-, el salto lo efectuará alguien que ha demostrado su valía, así que se aproxima al cabo Pérez.
Cuando el cabo escuchó su nombre las piernas le abandonaron y se desplomó de miedo.
-No preocuparos, -volvió a decir el sargento-. Es normal lo que le ha ocurrido, no es que tenga miedo, sino que al enfrentarse a esa prueba, le ha podido su amor por el Tercio y no quiere dejarnos mal. -Cabo, prepárese porque cuando yo toque el silbato usted correrá como sabe y saltará bien alto y lejos hasta llegar al otro lado, demostrando así que los mandos legionarios son invencibles.
-¿Pero? -respondió el cabo-.
-Nada, nada, usted es cabo y no lo es por casualidad, prepárese y no olvide cantar mientras salta Soy el novio de la muerte para que en toda la serranía se oiga ese hermoso himno cantado por un valiente.
-¡Pero mi sargento!
-¡Prepárese caballero legionario y vosotros seguid atento como este héroe os va a dar la lección de vuestra vida, nada es imposible para nosotros! ¡Cabo Pérez salte!
Y el cabo Pérez, un hombre de cerca de 50 años cerró los ojos y empezó a correr hasta llegar al borde del precipicio mientras cantaba: Nadie en el Tercio sabía/ quien era aquel legionario/ tan valiente y temerario/ que a la Legión se alistó... Y aquel hombre a pesar de su sobrepeso y sus años saltó como un jaguar, uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete y casi ocho metros, pero al final se despeñó desnucándose contra el cauce de aquel arroyo seco y pedregoso doscientos metros abajo.
Se hizo un silencio sepulcral, todos se acercaron al borde y miraban con horror al cabo despatarrado sin vida., al que ya se le acercaban los buitres. Intervino de nuevo el sargento.
-No ha podido ser, pero no pasa nada porque hemos aprendido tres cosas: primera, que esta prueba es algo excesiva para los entrenamientos; segunda, deberé informar a los ingenieros para que tiendan un puente y tercera. -El sargento se volvió acercar al borde, miró a su hombre muerto allí abajo, se persignó, oró por su valiente alma legionaria y ordenó volver al cuartel.
Alguien preguntó: -¿Y la tercera cosa que hemos aprendido mi sargento?-.
El sargento lo miró y asintió con la cabeza para responder: -Tenemos una plaza nueva de cabo-.
Puede ser una imagen de naturaleza
Teresa Iñigo Barrera, Alfonso Casas Moreno y 8 personas más
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  • Muy bueno este "Humor Negrísimo" !!!! jajajajaja
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Jesús María Serrano
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Sin economía no hay salud, pero sin salud 
es imposible que haya economía.
Teresa Iñigo Barrera, Mohamad Guenouni y 6 personas más
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¡APARTADME A ESAS MUJERES!
Tengo clarísimo que mi opinión no es tenida en cuenta por casi nadie, pero aún así, considero que o la gente decente se planta y expulsa del poder a oportunistas; chaqueteros; corruptos y caciques nazis o las nuevas generaciones pueden verse de nuevo cantando el Cara al sol; los gays en las cárceles; los divorciados como yo obligados a convivir con nuestras primeras mujeres y hombres; obligados a confesarnos; a esperar en las plazas que los manijer...
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Puede ser una imagen de una o varias personas y personas de pie
Teresa Iñigo Barrera, Olga Lozano y 14 personas más
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  • Yo seguro que hacierto al NO VOTAR, si solo votaran los politicos y estomagos agradecidos, no estarían legitimados.
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Irlanda de los pocos países que tiene más población fuera del país que dentro.
Teresa Iñigo Barrera, Pepe Palacios y 2 personas más
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  • Después de los polacos y gallegos, o están igualao, dicen que ya en la luna está el letrero de un freidor, Jesus, 
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