-No. Os estáis equivocando, los grandes problemas de la sociedad española no son la corrupción, el paro, la precarización y explotación laboral, que las familias decidan no tener hijos, la nula capacidad de innovación y exportación de nuestros productos, la drástica disminución de las ayudas sociales, el abandono de los programas para la dependencia, la minoración de los recursos para la Seguridad Social, la pérdida de las libertades, el chabolismo, los desahucios, la cada vez más inestable posición de nuestra banca, el cortejo de personajes públicos, concejales, alcaldes, presidentes de diputaciones, diputados, ministros e incluso miembros de la Casa Real desfilando por los juzgados por corrupción, la dificultad extrema de nuestras empresas a acceder a créditos ventajosos, la cada vez menor aportación de los trabajadores y empresas a los fondos públicos, el exacerbado déficit del Estado, que se nos vayan los jóvenes a la emigración después de haber invertido en ellos hasta conseguir su calificación profesional superior, la pérdida de recursos de las familias, los préstamos congelados, los parados de larga duración sin subsidio alguno...
-No, os equivoquéis queridos alumnos, el peor de los problemas que tenemos es -y esto lo digo muy seriamente- se reduce a tres asuntos: la mancha de aceite que acabo de echarme en la camisa por los churros del desayuno; el desmembramiento nacional y el secesionismo independentista de Cataluña y las revueltas en Caracas en Venezuela, que por cierto -todo lo tenéis en los apuntes-. (Un momento por favor que tengo una llamada urgente).
(Sí, sí, sí, ahora mismo les estoy hablando de ello. ¿Todo el rollo de siempre supongo? Vale, vale.)
-Disculpadme la interrupción ¿alguna duda sobre el tema?
-Profesor, pero lo que dice no es lo que sociedad percibe, noto cierta parcialidad en su discurso, creo que...
-¡Calla coño si es que no aprendéis nada, intento con mi elocuente pedagogía explicaros las cosas, pero no hacéis caso, sólo os preocupan los porros, las litronas, follar y el cachondeo! ¿Cómo pretendéis en el futuro llegar a ser sociólogos de pro como yo? Y además una cosa te voy a decir Pérez, como sigas molestándome preguntando inconveniencias en mis clases, mejor que le chupes al chulo al propietario del bar de copas donde sirves los fines de semana, porque ahí te vas a morir, te aseguro que mi asignatura no la apruebas. ¡Ay Dios, qué ingrata es la enseñanza superior española!
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