lunes, 12 de septiembre de 2011

EL DESENLACE


Pues ya me dirá qué hacemos con la detenida señor comisario. No creo que pueda soportar mucho más tiempo la situación a la que se está viendo sometida,  allí no se puede respirar y el calor es abrasador. -El teniente del Cuerpo de Aduanas Haruk hablaba apoyado en la jamba de la puerta del despacho del comisario. Se le notaba muy preocupado y ello se traducía en la continua sudoración de sus manos. Creo que no estamos excediendo señor –Dijo finalmente. Para luego atreverse a pronunciar: no quiero ni pensar que pueda ocurrir un desenlace no deseado, he estado maquinando un juego del que ahora me doy cuenta su crueldad. La señora Pons en ningún momento se ha desdicho de sus palabras iniciales, siempre ha perseverado que ha viajado para asistir a una convención y que los salchichones se los ha pedido Margara. Esos embutidos son muy populares en Italia y España señor, los cristianos los consumen habitualmente e incluso puede ver los anuncios de esa marca concreta en TVE internacional, yo los he visto. El comisario lo interrumpió arrojando el bolígrafo sobre la mesa y una mirada incendiaria. –Ya está bien de cuestionar mis métodos teniente Haruk, no se lo consiento. En mi comisaría mando yo. ¿Se entera Haruk?

Lamarmar no podía resistir ni un instante más aquella sensación de agobio y falta de aire, el humo la abrasaba. El sudor le corría axilas abajo como un río, se había orinado varias veces encima y el pañuelo que le cubría los ojos también le enjugaba las lágrimas. Maldito, maldito, maldito Ripley.

Quizás tenga razón, sígame, volveremos a interrogar a la uruguaya por última vez. Una bofetada de calor y de humo los recibió. El teniente se puso muy nervioso cuando vio que Lamarmar Pons estaba desmayada en el suelo. –Que venga un médico inmediatamente, que no se nos muera o se nos caerá el pelo. Muy rápidamente, una ambulancia se acercó hasta allí y de ella bajaron el conductor y  un enfermero que la colocaron sobre una camilla y le introdujeron una vía de suero y oxígeno. El enfermero preguntó. ¿Qué está pasando aquí, qué hace ese bidón quemando maderas en una habitación de correos del aeropuerto? Informaré de esta grave irregularidad. ¿Conocen a esta mujer, quién le ha hecho esto?
Al comisario le temblaban las piernas y no acertaba a formular palabras. El teniente Haruk bajó la mirada. Fuera, los paramédicos corrían hacia el centro hospitalario más cercano haciendo sonar la sirena con gran escándalo.

1 comentario:

theudis dijo...

patron... ya los tienes recopilados iremos aumentando DND