Venía de haber pisado una mierda en el jardín, una de las que nunca se vuelven duras. No estaba para bromas. Durante gran parte de la mañana la pasó esperando en la sala de espera. Y tanto que esperó, como que el médico no acudió a consulta. Por eso, cuando se descalzó para entrar en la casa, con aquel pestazo, la vecina de arriba se hizo la encontradiza, esa pesadilla de persona estirada, agria, que tras escrutarlo como a un delincuente, se giró en una losa y comenzó su eterna canción. Pedro Navaja ladrón de esquina, quien a hierro mata…
-¿Y ahora con qué quito yo la mierda ésta? Mientras buscaba en el cajón de los cubiertos.
No estaba para bromas y en ese preciso momento sonó el teléfono. Sin pantalones porque también se los había manchado por los bajos y sin calcetines ya que todo le apestaba, descolgó el aparato.
-Diga.
-Buenas tardes. ¿Puedo hablar con don Sebastián Antúnez?
-¿Para qué lo necesita?
-Llamo de Telefónica, mi nombre es Elisenda Tabaré, tengo una propuesta ventajosa para él. ¿Se puede poner por favor?
-Soy Sebastián, dígame.
-Mire, en nuestros archivos figura usted como un cliente antiguo y Telefónica desea compensarle por su fidelidad.
-¿Y cómo quiere usted que la mire señorita, si me está hablando por teléfono, llámeme por Skype?
-Es una forma de hablar señor.
-Vale, qué tiene que ofrecerme.
-Pues como le decía Telefónica está revisando sus archivos y nos ha encargado que informemos a sus clientes más fieles, usted está entre ellos. Hemos comprobado que tiene un consumo medio de unos 70 euros al mes, tarifa plana y ADSL incluidos. De modo que sin ningún requisito por su parte, la compañía desea hacerle un descuento para siempre y sin compromiso por su parte del 20% del consumo mensual. ¿Qué le parece don Sebastián?
-Pues que no me lo creo.
-Es normal lo que dice, pero le llamamos personalmente para explicarle esta promoción. Como usted sabe, las ofertas se realizan habitualmente a los clientes nuevos y, siguiendo las indicaciones de la tormenta de ideas trimestral que han propiciado los agentes sociales, la compañía ve con buenos ojos fomentar algo que hasta ahora no se hacía nunca, trabajar en ampliar la cartera de clientes, sin olvidar a quienes con su fidelidad, hacen que la empresa funcione.
-Oiga, no estoy para cuentos chinos. Acabo de pisar una mierda.
1 comentario:
¡Coño el que ha escrito el blog también pisa mierdas como yo!
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